¿Hasta dónde estás dispuesto a ampliar tu zona de confort?
- Lorena Perdomo
- 21 nov 2010
- 1 Min. de lectura
Hoy por hoy vivimos cómodamente realizando actividades cotidianas, tanto en casa como en el trabajo, de manera rutinaria; la forma de comunicarme con los compañeros, el tipo de presentación que ofrezco a mis clientes hasta el platillo que preparo para una reunión con amigos. Sabemos que el resultado es el esperado y esto nos brinda certeza y estabilidad pero ¿estamos aprendiendo algo nuevo con este comportamiento?

Las personas cuando nos enfrentamos a un cambio, a algo inesperado de forma súbita (un quiebre en términos de Coaching ontológico) solemos resistirnos. Por ejemplo, un cambio de casa, un cambio de área de trabajo o inclusive un cambio de jefe. Pero una vez que nos atrevemos a enfrentarlo y llevarlo a cabo de forma exitosa, crecemos como personas y cambia la apreciación que tenemos de nosotros mismos, somos más fuertes lo cual nos brinda seguridad y confianza. Cuando tomamos riesgos ampliamos nuestra zona de confort.
El miedo que sentimos ante situaciones nuevas suele ser mayor a la situación real. La única manera de liberarse del miedo a hacer algo es hacerlo.
Otra herramienta para ampliar esta zona de comunidad es el lenguaje que utilizamos para comunicarnos con los demás y con nosotros mismos. A continuación algunas frases de uso común que podemos cambiar.
"Yo podría", "Es una oportunidad", "Yo sé", "Quiero".
Cambiando el lenguaje cambio mis pensamientos, cambiando mis pensamientos cambiaré mis acciones y posteriormente mi ser.
Comments